Haute Mediterranean Living

El arte marino de Ana Docavo

Art

Hay gente que hace meditación, yo me sumerjo para relajarme.

Sobrina nieta del escritor Rafael Alberti, asegura que lleva en los genes su pasión por el océano y en especial por el mar Mediterráneo. De pequeña, soñaba con vivir en un barco y explorar los mares como Jacques Cousteau. Aunque estudió ingeniería agrónoma, su verdadera vocación siempre ha sido el océano y el arte. Durante 20 años, trabajó en una editorial reproduciendo manuscritos medievales, un trabajo maravilloso que le hizo conocer y amar el mundo del arte. Sin embargo, hace 6 años decidió abandonar su trabajo y dedicarse plenamente a su pasión por el arte marino. A través de su arte, busca concienciar a la gente sobre la importancia de proteger nuestros mares y luchar contra el cambio climático. Amante del buceo y el esnórquel, a Docavo las musas la pillan bajo el agua.
El mar Mediterráneo para Ana.
El Mediterráneo es mi hogar. Aguas cristalinas, fondos marinos con maravillosas praderas de posidonia, arenas blancas. Sus colores son increíbles y totalmente inspiradores. Me encanta el olor de sus pinos, sabinas, higueras y romero. Se respira paz. Como amante del buceo y del esnórquel, encuentra la inspiración para sus obras bajo el agua, donde se sumerge para relajarse y encontrar paz. Con cada una de sus piezas, Docavo entrega un libro que explica el proceso creativo y el significado de la obra en términos de compromiso con el planeta y con nuestro futuro como humanidad.

Sus proyectos y el arte para proteger los océanos.
Ha realizado muchos proyectos a lo largo de los años, desde esculturas y obras de arte para clientes privados hasta participar en campañas de concienciación y recaudación de fondos para salvar los océanos y especies marinas en peligro de extinción. –»lo más complejo que he hecho hasta la fecha es una lámpara de 10 metros de altura para un local de Quique Dacosta», apunta– y tiene entre manos un proyecto para el próximo año, también centrado en la posidonia, que colocará una de sus piezas en un organismo público.

Uno de sus proyectos más destacados ha sido su participación en la campaña de Hoss Intropia y la ONG Save the Posidonia Project, que se centra en la conservación de la posidonia oceánica en el Mediterráneo. A través de su arte, ha querido concienciar a la gente sobre la importancia de proteger nuestros océanos y su vida marina.
La decoración de Villa Diamante.
Siempre busco la ubicación perfecta para mis obras. Si es un restaurante debe estar relacionado con el mar y tener una filosofía parecida a la mía, como es el caso de los chefs Ángel León y Quique Da Costa.
En las casas particulares me gusta que los clientes estén enamorados del mar y llevarles un pedacito de él a sus casas. Villa Diamante es la casa perfecta para mis obras. Una villa preciosa cerca del mar Mediterráneo. Unas vistas impresionantes que te hacen sentir que estás viviendo en un barco. Materiales de lujo y exclusivos, colores que transmiten paz como mis obras. Es el binomio perfecto.

Para la entrada de la villa, se ha creado el cuadro «La migración de las centollas». Este cuadro, de 2 x 2 metros, está realizado con más de 90 caparazones de centollas reciclados pintados de blanco y oro. La obra representa el apareamiento de estos animales migratorios que, a principios de otoño, recorren cientos de kilómetros hacia las profundidades marinas para reproducirse.

Otra pieza interesante es la máscara marina «Shian Ka’an», realizada con elementos encontrados en la reserva de la biosfera mexicana de Shian Ka’an. Esta máscara está hecha con hojas del árbol «Uva de Mar», semillas de la suerte «Sea Heart» que se encuentran en la orilla del mar, conchas y corales.

También se ha creado una escultura llamada «Bigotes», una edición limitada que rinde homenaje a los bigotes de las famosas gambas de Sóller, un emblema gastronómico de este caladero de la Serra de Tramuntana. La escultura está realizada artesanalmente con porcelana y metal.

Por último, tenemos la escultura «Sea Tree», un árbol marino de 2 metros decorado con cientos de erizos de mar reciclados.